sábado, 16 de julho de 2011

La Guerra del Paraguay, un conflicto devastador

La batalla de Tuyutí, según la pintura de Cándido López.


El conflicto fue uno de los más trágicos acontecimientos de América durante el siglo XIX. Según el historiador León Pomer se trató de un "exterminio cruel y deshumanizado" del pueblo paraguayo                                                                       


La batalla de Tuyutí, según la pintura de Cándido López.
La Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza (1865-1870) fue una sangrienta y devastadora lucha de una coalición formada por Brasil, Uruguay y Argentina contra Paraguay. Según el historiador León Pomer, en la reedición de su libro "Proceso a la Guerra del Paraguay", se trató de un "exterminio cruel y deshumanizado" del pueblo paraguayo y donde atribuye un papel preponderante a los intereses del Imperio británico.

El conflicto se desencadenó a fines de 1864, cuando el mariscal Francisco Solano López, presidente paraguayo, decidió acudir en ayuda del gobierno ejercido por el Partido Blanco del Uruguay, en guerra civil contra el partido Colorado, apoyado éste militarmente por Brasil.


Solano López solicitó autorización al presidente argentino Bartolomé Mitre para que sus tropas atravesaran la provincia de Corrientes rumbo a Uruguay, pero Mitre negó tal permiso, a lo que tropas paraguayas ocuparon la ciudad de Corrientes, en abril de 1865.


Fue León Pomer (Bahía Blanca, 1928) quien realizó una rigurosa investigación sobre el tema, denunciando el rol de Gran Bretaña en el conflicto y sus vínculos con el "mitrismo", los
colorados orientales y el Imperio del Brasil.

La financiación de la guerra se obtuvo mediante préstamos de firmas británicas, que veían conveniente el conflicto contra Paraguay, ya que éste era uno de los pocos países que no había caído bajo su tutela económica, gracias al proteccionismo que había lo llevado a un desarrollo económico autónomo y de tendencia industrialista.


La Guerra del Paraguay fue "un episodio más de la formación del mercado mundial, o por mejor decirlo: del sometimiento de los países periféricos a las grandes potencias
centrales capitalistas", denunció Pomer.

Destacó además que "era una contienda odiosa para muchos argentinos que no sentían al país guaraní como un enemigo, sin contar aquellos para los cuales el enemigo era el mitrismo porteño y la guerra, con su secuela de crueldades".


"Acaso en la retaguardia murieron más que en el propio campo de batalla", declaró Pomer, quien habla de "resistencias, desbandes, deserciones y ocultamientos" en suelo argentino, por el descontento con una "guerra que no era suya".


Al finalizar la guerra, Brasil sufrió 168.000 bajas; Argentina tuvo 25.000 muertos y Uruguay padeció de 3.000 mil muertos pero Paraguay fue la gran víctima del desastre demográfico: antes del inicio de la guerra su población era de 1.300.000 personas y al final del conflicto, sólo sobrevivían unas 200.000, la mayoría mujeres, niños, ancianos y extranjeros.

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